Personal

Distancia

 
 
SP

La distancia siempre ha estado ahí, 

Soy experta en aislarme. En encontrar un motivo para distanciarme.

Las últimas semanas me he lamentado de no poder ver a mis amigos, a mi familia. Me he entretenido culpando a esta pandemia.
Me distraigo enlistando lo que haré cuando todo “regrese a la normalidad”.
Me visualizo riendo con mis amigas en alguna cafetería mientras dejo sus mensajes en visto. Deseo prepararle una pizza- habilidad adquirida en esta cuarentena- a mi familia mientras pienso en un pretexto para no contestar el teléfono cuando me llaman. Fantaseo con las citas que tendré con Mario una vez que podamos salir mientras estoy pegada al celular y mi torpeza para comunicar mi cariño se sienta a ver una película con nosotros. 

Siempre huí de las multitudes, prefiero conectar con las personas de frente, uno a uno. Siempre huí de las platicas superficiales. Y ahora me encuentro rodeada de posts y comentarios, de fotografías que me gritan “no estas haciendo nada, no estas aprovechando el tiempo, no estas siendo útil ni productiva, han pasado 60 días y solo has tenido dos trabajos minúsculos” de mensajes optimistas que me jalan del pelo y me recriminan “tienes un techo, se agradecida, hay personas muriendo, perspectiva, estas siendo egoísta, porqué no ves lo afortunada que eres, quejándote, qué derecho tienes de quejarte?” Mensajes automatizados “Como estas? Bien y tu? que haciendo? nada, aquí, y tu?”. Mi mamá se desespera cuando hablamos por teléfono “Estoy harta de tu voz de ultratumba, porque no platicas algo, porque no intentas ser alegre?” Así que dejo que otra voz responda por mi, una llena de cascabeles, una voz que dejará satisfecha a mi mamá una vez que colguemos.

Anhelo conectar, anhelo convivir, anhelo acercarme a la gente que quiero. Pero otra voz contesta por mi, mis ojos rechazan las redes sociales, mis dedos no responden los mensajes. 

 

Alex Ellis en Foro Indie Rocks